Son un compendio de documentos como el testamento, poder notarial para la atención médica o el poder legal duradero por medio de los cuales el paciente declara una serie de directrices para el cuidado de su salud y la aplicación de tratamientos sobre todo en casos graves, además de nombrar un representante legal que tomará las decisiones pertinentes en caso de que el paciente no esté en condiciones de expresar sus deseos.