Te damos tips sencillos

Para mejorar tu alimentación

  1. Fumar, tener sobrepeso y ciertos antecedentes personales de diabetes o pancreatitis crónica influyen en el riesgo de presentar cáncer de páncreas. De ahí la importancia de tener buenos hábitos, alimentación saludable y actividad física.
  2. El consumo habitual de alimentos con alto contenido de grasas es un factor de riesgo del cáncer de páncreas. El consumo frecuente y crónico de alcohol puede aumentar el riesgo del cáncer de páncreas, más probablemente si causa pancreatitis recurrente.
  3. El cáncer de páncreas suele causar pérdida de peso y debilidad por una deficiente y nutrición. Estos síntomas pueden ser causados por el cáncer en sí o por el tratamiento. El equipo médico junto con nutriólogos te darán la información y suplementación adecuada para que cubras tus necesidades individuales de nutrientes con la finalidad de mantener tu organismo lo más estable posible y con un peso saludable. Algunos pacientes suelen requerir enzimas pancreáticas en cápsulas para ayudar a digerir sus alimentos y poder absorber sus nutrientes.
  4. La nutrición es importante como parte del tratamiento contra el cáncer. Comer los alimentos adecuados en cantidades correctas antes, durante y después del tratamiento pueden ayudar a sentirte mejor y con más fuerza.
  5. Mientras se está pasando por un tratamiento de cáncer se deberán hacer algunos cambios en la alimentación para fortalecer el organismo y resistir los efectos tanto de la enfermedad como del tratamiento. Estos cambios dependerán de los efectos secundarios como inapetencia, náusea, vómito, diarrea, problemas bucales, entre otros.
  6. Quizá como parte de tu tratamiento, tu nutriólogo puede pedirte que consumas alimentos altos en grasas y calorías con la finalidad de mantener tu masa corporal.
  7. Normalmente cuando el médico da el diagnóstico de cáncer hablará del plan de tratamiento que puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o algunas combinaciones de tratamientos. Todos estos tratamientos son con el fin de matar las células cancerígenas, pero en el proceso se pueden dañar células sanas. Este daño es lo que genera los efectos secundarios y algunos de los efectos secundarios más comunes que pueden afectar la alimentación son: pérdida de apetito, resequedad en la boca, problemas de encías, cambios en los sentidos del olfato y el gusto, náuseas, vómito, diarrea, estreñimiento, fatiga, depresión.
  8. Para disminuir la sensación de náusea se recomienda: comer alimentos secos y salados como bolillo, pan tostado, galletas saladas, pretzels o cacahuates; alimentos fríos como el helado, malteadas, frutas congeladas, licuados o batidos son alimentos recomendados cuando hay resequedad en la boca o heridas bucales que impiden comer.
  9. Comer alimentos ligeros y poco grasos antes del tratamiento ayudará a disminuir los efectos secundarios de éste. Te recomendamos alimentos como avena, cereal, ensalada de frutas, sémola, néctar de durazno o pera, etc.
  10. No ingieras alimentos fritos, empanizados o rebozados por 24 a 48 horas después de tu tratamiento para evitar aumento en el deseo de náusea o vómitos.
  11. Si presentas falta de apetito procura hacer 5 o 6 comidas pequeñas poco copiosas, procura usar mucha imaginación para preparar atractivos tus platillos.
  12. El agua es esencial, es recomendable beber de 8 a 10 vasos de agua diariamente pues la hidratación es de suma importancia. Ten siempre un vaso con agua listo y disponible cerca de ti.
  13. Puedes agregar un poco de azúcar a tus alimentos para mejorar su sabor y disminuir sabores ácidos, agrios o salados que pueden ser molestos al paladar.
  14. Planea tus menús por anticipado. Ten alimentos congelados y listos para calentar para esos momentos en los que no te sientas bien.
  15. Puedes agregar mantequilla o crema a tus sopas, verduras o cereales cocidos para aumentar tu consumo calórico y evitar pérdida de peso.
  16. Agrega proteína a tu dieta usando leche fortificada, yogurt, mantequilla de cacahuate, queso o huevo cocido picado en tus alimentos.
  17. Usa hierbas aromáticas y especias para mejorar el sabor de tus alimentos como albahaca, orégano, eneldo, tomillo, laurel, ajo en polvo, pimienta, etc.
  18. Evita alimentos con olores fuertes para disminuir los efectos secundarios de tu tratamiento.
  19. Evita comer una o dos horas antes de tu tratamiento, de esta manera evitarás efectos secundarios inmediatos.
  20. Si tienes heridas bucales evita alimentos calientes prefiere comerlos a temperatura ambiente.
  21. Limita tu consumo de café, tabaco y alcohol pues estas sustancias pueden resecar tu boca y garganta lo que puede provocar posteriormente irritación en estas zonas.

*La información que aquí te damos es una guía que no reemplaza el tratamiento médico. Cualquier duda o pregunta sobre tu alimentación o necesidades nutricionales debes hablarlo directamente con tu médico o nutriólogo.

Información aportada por la Mtra. Emma Ángeles Desjardins, nutrióloga y coach nutricional.

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